Un delito informático, también conocido como ciberdelito o delito cibernético, se refiere a cualquier actividad delictiva que se lleva a cabo a través de dispositivos electrónicos, redes de computadoras o Internet. Estos delitos involucran el uso ilegal o malintencionado de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para cometer actividades ilícitas.

Los delitos informáticos abarcan una amplia gama de actividades, desde robos de identidad y fraudes financieros hasta ataques cibernéticos, difusión de malware, violaciones de datos, pornografía infantil, acoso en línea y violaciones de derechos de autor, entre otros.

Estos delitos aprovechan las vulnerabilidades en los sistemas informáticos, la falta de seguridad en las redes, la ingeniería social y otras técnicas para perpetrar acciones ilegales. Los delincuentes informáticos pueden ser individuos malintencionados, grupos organizados o incluso estados nacionales que utilizan técnicas avanzadas para llevar a cabo sus actividades delictivas.

Los delitos informáticos pueden tener un impacto significativo en los individuos, las empresas y las instituciones. Pueden causar pérdidas económicas, daños a la reputación, robo de información personal y confidencial, interrupción de servicios críticos y afectar la seguridad y la privacidad de las personas.

Para combatir los delitos informáticos, se han establecido leyes y regulaciones en muchos países para criminalizar estas actividades y llevar a los delincuentes ante la justicia. Además, se han creado equipos especializados en ciberseguridad y se promueve la conciencia sobre las medidas de seguridad informática para proteger a individuos y organizaciones de posibles ataques.

La siguiente es una descripción amplia de cincuenta delitos informáticos:

Phishing: El phishing es un método en el que los delincuentes se hacen pasar por entidades confiables, como bancos o empresas legítimas, para engañar a las personas y obtener información confidencial, como contraseñas, números de tarjetas de crédito o información personal. Esto se logra a través de correos electrónicos falsos o sitios web fraudulentos que imitan la apariencia de las organizaciones legítimas.

Malware: El malware es un término general que abarca diferentes tipos de software malicioso diseñado para dañar sistemas informáticos o acceder a ellos sin autorización. Esto incluye virus, gusanos, troyanos, ransomware, spyware y adware. El malware puede dañar archivos, robar información confidencial, controlar sistemas de forma remota o interrumpir el funcionamiento normal de los dispositivos.

Ataques de denegación de servicio (DDoS): Los ataques de denegación de servicio tienen como objetivo abrumar un sitio web o servicio en línea al enviar una gran cantidad de solicitudes simultáneas desde múltiples fuentes. Esto provoca una sobrecarga del sistema y hace que el sitio o servicio sea inaccesible para los usuarios legítimos.

Hacking: El hacking se refiere a acceder o penetrar en sistemas informáticos o redes sin autorización. Los hackers pueden buscar vulnerabilidades en los sistemas para robar información confidencial, obtener control sobre los sistemas, modificar o eliminar datos, o causar daños a los sistemas o a la reputación de las organizaciones afectadas.

Robo de identidad: El robo de identidad implica obtener información personal de alguien, como nombres, números de seguridad social, fechas de nacimiento o contraseñas, con el propósito de suplantar su identidad. Los delincuentes utilizan esta información para cometer fraudes financieros, realizar compras fraudulentas o realizar actividades ilegales en nombre de la víctima.

Fraude en línea: El fraude en línea abarca una amplia gama de actividades engañosas realizadas a través de Internet. Esto puede incluir la venta de productos o servicios falsos, estafas de inversión, esquemas piramidales, falsas ofertas de trabajo, subastas fraudulentas, entre otros. Los delincuentes utilizan la facilidad de acceso y anonimato de Internet para engañar a las personas y obtener beneficios financieros de manera ilícita.

Ciberacoso: El ciberacoso se refiere al hostigamiento, la intimidación o el acoso a través de medios digitales, como redes sociales, correos electrónicos, mensajes de texto o aplicaciones de mensajería instantánea. Esto puede incluir amenazas, difamación, revelación de información personal privada o compartida sin consentimiento, y el envío repetitivo de mensajes ofensivos o desagradables.

Intrusión de red: La intrusión de red implica acceder ilegalmente a una red informática sin autorización. Los intrusos pueden explotar vulnerabilidades en los sistemas, utilizar técnicas de fuerza bruta para adivinar contraseñas o utilizar métodos más sofisticados como la ingeniería social para obtener acceso no autorizado. Una vez dentro de la red, pueden robar información, realizar cambios no autorizados o dañar el sistema.

Robo de datos: El robo de datos implica acceder y robar información confidencial, como datos personales, información financiera o datos corporativos. Esto puede incluir el acceso no autorizado a bases de datos, sistemas de almacenamiento en la nube o dispositivos móviles. Los datos robados pueden ser utilizados para cometer fraudes, chantajes, extorsiones o vendidos en el mercado negro.

Pornografía infantil en línea: La pornografía infantil en línea involucra la producción, distribución o posesión de material pornográfico que representa a menores de edad. Este delito tiene graves implicaciones legales y éticas, ya que involucra la explotación sexual de niños y contribuye a su victimización.

Fraude con tarjetas de crédito: El fraude con tarjetas de crédito se produce cuando los delincuentes obtienen y utilizan de manera fraudulenta los datos de las tarjetas de crédito de las personas. Esto puede incluir el robo físico de tarjetas, el uso de dispositivos de skimming en cajeros automáticos o la interceptación de información en transacciones en línea. Los delincuentes utilizan los datos robados para realizar compras o transacciones sin el consentimiento del titular de la tarjeta.

Violación de derechos de autor: La violación de derechos de autor implica la reproducción, distribución o uso no autorizado de obras protegidas por derechos de autor, como música, películas, libros, software o contenido creativo. Esto incluye la descarga o compartición ilegal de archivos protegidos sin el permiso del titular de los derechos.

Extorsión en línea: La extorsión en línea se produce cuando los delincuentes amenazan a las personas con revelar información confidencial, difamar su reputación o causar daños a su vida personal o profesional a menos que se realicen pagos o se cumplan ciertas demandas. Esto puede incluir el uso de información comprometedora, imágenes íntimas o el secuestro de cuentas personales.

Espionaje cibernético: El espionaje cibernético implica obtener información confidencial de organizaciones, gobiernos u otras entidades utilizando técnicas y herramientas cibernéticas. Los espías cibernéticos pueden infiltrarse en sistemas informáticos, robar información clasificada o secretos comerciales, y utilizar la información obtenida para beneficio propio o para dañar a la organización objetivo.

Fraude de phishing bancario: El fraude de phishing bancario se refiere a engañar a las personas para que revelen sus datos bancarios, como números de cuenta, contraseñas o códigos de seguridad, a través de sitios web o correos electrónicos falsos que imitan a bancos o entidades financieras legítimas. Los delincuentes utilizan estos datos para acceder a las cuentas bancarias de las víctimas y realizar transacciones no autorizadas.

Ransomware: El ransomware es un tipo de malware que bloquea el acceso a un sistema o cifra archivos en el mismo, y luego exige un rescate en forma de pago para restaurar el acceso o descifrar los archivos. Los delincuentes suelen utilizar técnicas de criptografía para asegurar que solo ellos puedan desbloquear el sistema o los archivos, y amenazan con eliminar o divulgar los datos si no se paga el rescate.

Suplantación de identidad en línea: La suplantación de identidad en línea implica hacerse pasar por otra persona o entidad en plataformas digitales, como redes sociales, correos electrónicos o sitios web. Los delincuentes pueden utilizar perfiles falsos o información robada para engañar a otros y obtener beneficios financieros, dañar la reputación de la persona suplantada o realizar actividades ilegales en su nombre.

Fraude de subastas en línea: El fraude de subastas en línea se produce cuando los delincuentes manipulan el proceso de subasta en sitios web para obtener ganancias injustas. Esto puede incluir realizar ofertas falsas, utilizar cuentas fraudulentas o no cumplir con los pagos una vez ganada la subasta.

Robo de información confidencial de empresas: El robo de información confidencial de empresas se refiere a la obtención no autorizada de datos internos o secretos comerciales de empresas. Los delincuentes pueden utilizar técnicas de hacking, ingeniería social o malware para acceder a los sistemas de la empresa y robar información valiosa. Esta información puede ser utilizada para obtener ventajas competitivas, extorsionar a la empresa o venderla en el mercado negro.

Violación de la privacidad en línea: La violación de la privacidad en línea ocurre cuando los delincuentes obtienen y revelan información privada o íntima de una persona sin su consentimiento. Esto puede incluir la divulgación de fotografías o videos comprometedores, la publicación de información personal en línea o el acceso no autorizado a cuentas personales.

Fraude de lotería en línea: El fraude de lotería en línea implica engañar a las personas haciéndoles creer que han ganado un premio de lotería falso. Los delincuentes solicitan pagos o información personal a cambio de reclamar el premio, pero en realidad no hay ningún premio y los pagos realizados son perdidos.

Acoso en línea: El acoso en línea se refiere a hostigar, amenazar o intimidar a una persona a través de medios digitales. Esto puede incluir insultos, difamación, persecución persistente, envío repetitivo de mensajes ofensivos o la creación de perfiles falsos para acosar a la persona en línea.

Fraude en publicidad en línea: El fraude en publicidad en línea implica engañar a anunciantes o editores en línea para obtener ganancias injustas. Esto puede incluir la generación artificial de clics en anuncios, la utilización de bots para inflar las métricas de visualización o la falsificación de estadísticas para obtener mayores ingresos publicitarios.

Falsificación de tarjetas de crédito: La falsificación de tarjetas de crédito involucra la creación y uso de tarjetas de crédito falsas o copias ilegales de tarjetas legítimas. Los delincuentes utilizan estas tarjetas para realizar compras fraudulentas, retirar dinero en efectivo o cometer otros delitos financieros.

Fraude de publicidad en línea: El fraude de publicidad en línea implica manipular o engañar a los sistemas de publicidad en línea para obtener beneficios financieros injustos. Esto puede incluir la generación artificial de clics o impresiones en anuncios, la utilización de bots para inflar las métricas de visualización o la inserción de anuncios no autorizados en sitios web legítimos.

Violación de derechos de propiedad intelectual: La violación de derechos de propiedad intelectual se refiere a la reproducción, distribución o uso no autorizado de obras protegidas por derechos de propiedad intelectual, como patentes, marcas registradas, diseños o secretos comerciales. Esto puede incluir la fabricación y venta de productos falsificados, la copia no autorizada de diseños o el uso de marcas registradas sin permiso.

Robo de contraseñas: El robo de contraseñas implica obtener y utilizar contraseñas de usuarios sin autorización. Los delincuentes pueden utilizar técnicas de phishing, ataques de fuerza bruta o explotación de vulnerabilidades para obtener acceso a las contraseñas de las personas. Estas contraseñas pueden ser utilizadas para acceder a cuentas personales, robar información o llevar a cabo actividades ilícitas en nombre del titular de la cuenta.

Fraude en sistemas de pago en línea: El fraude en sistemas de pago en línea se produce cuando los delincuentes utilizan métodos fraudulentos para realizar transacciones en línea sin pagar o utilizando información de pago falsa o robada. Esto puede incluir la utilización de tarjetas de crédito robadas, el uso de cuentas bancarias falsas o la manipulación de sistemas de pago en línea para obtener productos o servicios sin pagar.

Divulgación no autorizada de información confidencial: La divulgación no autorizada de información confidencial ocurre cuando alguien revela o expone información confidencial sin el consentimiento del titular de la información. Esto puede incluir la divulgación de secretos comerciales, datos personales, información médica o información confidencial gubernamental.

Fraude en juegos en línea: El fraude en juegos en línea se refiere a actividades fraudulentas que ocurren en juegos en línea, como la creación de trampas, la venta de cuentas o elementos virtuales de manera ilegal, o la utilización de métodos engañosos para obtener beneficios dentro del juego.

Piratería de software: La piratería de software implica la copia, distribución o uso no autorizado de software protegido por derechos de autor. Los delincuentes pueden descargar o distribuir ilegalmente software sin pagar por las licencias correspondientes, lo que causa pérdidas financieras a los desarrolladores de software y viola los derechos de propiedad intelectual.

Venta de drogas ilegales en línea: La venta de drogas ilegales en línea se refiere a la comercialización y venta de sustancias controladas o drogas ilegales a través de Internet. Los delincuentes utilizan plataformas en línea para facilitar el comercio ilegal de drogas, lo que representa un grave riesgo para la salud y la seguridad pública.

Fraude de publicidad de clics: El fraude de publicidad de clics implica generar artificialmente clics en anuncios en línea con el fin de aumentar los ingresos publicitarios o perjudicar a los competidores. Los delincuentes utilizan técnicas automatizadas o contratan a personas para hacer clic en los anuncios de forma masiva, lo que distorsiona las métricas de rendimiento y afecta la efectividad de la publicidad en línea.

Violación de la ley de protección de datos: La violación de la ley de protección de datos ocurre cuando una organización o individuo incumple las regulaciones de privacidad y seguridad de datos establecidas por las leyes correspondientes. Esto puede incluir la recopilación, almacenamiento o divulgación no autorizada de información personal sin el consentimiento de los individuos afectados o sin seguir las medidas de seguridad adecuadas.

Vandalismo en línea: El vandalismo en línea se refiere a dañar, destruir o alterar sitios web, cuentas de redes sociales o sistemas informáticos de manera maliciosa. Esto puede incluir la eliminación o modificación de contenido, la interrupción del funcionamiento normal de los sitios web o el envío masivo de spam o mensajes ofensivos.

Manipulación del mercado financiero en línea: La manipulación del mercado financiero en línea implica realizar acciones ilegales o engañosas para influir en los precios de los activos financieros en los mercados en línea. Esto puede incluir la difusión de información falsa para afectar las decisiones de inversión, la manipulación de algoritmos de negociación o el uso de técnicas fraudulentas para obtener ganancias ilegales en el mercado financiero.

Ciberespionaje: El ciberespionaje implica utilizar técnicas y herramientas cibernéticas para obtener información confidencial de organizaciones, gobiernos u otras entidades con el fin de obtener ventajas estratégicas, políticas o económicas. Los ciberespías pueden robar información clasificada, secretos comerciales o información estratégica para beneficiarse a sí mismos o a terceros.

Fraude de transferencia bancaria en línea: El fraude de transferencia bancaria en línea se refiere a actividades fraudulentas que involucran la transferencia de fondos de manera ilegal o no autorizada a través de sistemas de banca en línea. Los delincuentes pueden utilizar métodos como el phishing, el malware o el robo de información para acceder a las cuentas bancarias de las personas y realizar transferencias fraudulentas.

Fraude de reembolso en línea: El fraude de reembolso en línea se produce cuando los delincuentes obtienen reembolsos o devoluciones de dinero de manera fraudulenta. Esto puede incluir el uso de información de compra falsa, la manipulación de políticas de reembolso o la presentación de reclamos falsos para obtener beneficios financieros indebidos.

Violación de la ley de derechos de autor: La violación de la ley de derechos de autor implica la reproducción, distribución o uso no autorizado de obras protegidas por derechos de autor sin el consentimiento del titular de los derechos. Esto puede incluir la copia ilegal de música, películas, libros o software, la distribución no autorizada de contenido protegido o la utilización de material protegido en proyectos creativos sin permiso.

Fraude de marketing en línea: El fraude de marketing en línea se refiere a prácticas engañosas o fraudulentas utilizadas en campañas de marketing en línea. Esto puede incluir la falsificación de métricas de rendimiento, la manipulación de testimonios o reseñas, o la publicidad engañosa para atraer a los consumidores y obtener beneficios económicos injustos.

Violación de la privacidad en redes sociales: La violación de la privacidad en redes sociales ocurre cuando se obtiene y se revela información personal o confidencial de los usuarios de redes sociales sin su consentimiento. Esto puede incluir la recolección no autorizada de datos, el acceso a perfiles privados o el uso indebido de información personal para fines ilícitos.

Fraude de phishing: El fraude de phishing implica el envío de correos electrónicos o mensajes falsos que se hacen pasar por entidades legítimas, como bancos o empresas, con el fin de engañar a los usuarios y obtener información confidencial, como contraseñas o datos bancarios.

Ataques de denegación de servicio (DDoS): Los ataques de denegación de servicio tienen como objetivo inundar un sistema o sitio web con una gran cantidad de tráfico falso o solicitudes, lo que provoca la saturación del sistema y la incapacidad de los usuarios legítimos para acceder a él.

Robo de identidad: El robo de identidad implica obtener y utilizar la información personal de alguien sin su consentimiento para cometer fraudes financieros, abrir cuentas falsas o realizar actividades ilegales en su nombre.

Espionaje cibernético: El espionaje cibernético es la recopilación de información confidencial o secreta de organizaciones, gobiernos u otros individuos utilizando técnicas y herramientas cibernéticas. El objetivo principal es obtener información estratégica o de inteligencia para beneficio propio o de terceros.

Ransomware: El ransomware es un tipo de malware que cifra los archivos o bloquea el acceso a un sistema informático y exige un rescate para desbloquearlos. Los delincuentes suelen utilizar criptomonedas para dificultar el seguimiento del pago.

Fraude en tarjetas de débito: El fraude en tarjetas de débito implica el uso no autorizado de información de tarjetas de débito o la clonación de tarjetas para realizar transacciones fraudulentas o retirar dinero de cuentas bancarias sin el consentimiento del titular.

Extorsión en línea: La extorsión en línea implica amenazar a una persona o entidad con divulgar información comprometedora, revelar secretos o causar daño a su reputación, a menos que se pague un rescate o se cumplan ciertas demandas.

Intrusiones en redes informáticas: Las intrusiones en redes informáticas involucran el acceso no autorizado a redes, sistemas o servidores informáticos con el fin de robar información, dañar los sistemas o llevar a cabo actividades ilegales dentro de ellos.

Aquí tienes algunos consejos generales para protegerte y evitar los 50 delitos informáticos mencionados:

Mantén tus dispositivos actualizados: Asegúrate de instalar las actualizaciones de software y firmware en tus dispositivos, incluyendo sistemas operativos, navegadores web y aplicaciones. Las actualizaciones suelen contener parches de seguridad importantes que pueden protegerte contra vulnerabilidades conocidas.

Utiliza contraseñas seguras: Crea contraseñas únicas y robustas para todas tus cuentas en línea. Asegúrate de utilizar una combinación de letras, números y caracteres especiales, y evita utilizar contraseñas obvias o fáciles de adivinar. Además, considera utilizar un gestor de contraseñas para administrar tus contraseñas de forma segura.

Sé consciente del phishing: Presta atención a los correos electrónicos, mensajes y enlaces sospechosos. Evita hacer clic en enlaces desconocidos o proporcionar información personal o financiera sensible en respuesta a mensajes no solicitados. Verifica siempre la autenticidad de las comunicaciones antes de responder o proporcionar datos personales.

Utiliza software antivirus y antimalware: Instala y mantén actualizado un programa antivirus confiable en tus dispositivos. Esto te ayudará a detectar y eliminar posibles amenazas, como malware, ransomware y spyware.

Protege tu red Wi-Fi: Asegúrate de utilizar una contraseña segura para tu red Wi-Fi y activa la encriptación WPA2 o superior. Esto evitará que personas no autorizadas accedan a tu red y roben información.

Ten cuidado al descargar archivos y programas: Descarga software y archivos únicamente de fuentes confiables. Verifica siempre la reputación del sitio web y el archivo antes de descargarlo. Evita descargar archivos adjuntos de correos electrónicos sospechosos o de remitentes desconocidos.

Realiza copias de seguridad de tus datos: Regularmente realiza copias de seguridad de tus archivos importantes y mantenlas almacenadas en un lugar seguro, como un disco duro externo o un servicio de almacenamiento en la nube. Esto te permitirá recuperar tus datos en caso de pérdida o ataque de ransomware.

Protege tu información personal en redes sociales: Configura la privacidad de tus perfiles en redes sociales y limita la cantidad de información personal que compartes públicamente. Sé cauteloso al aceptar solicitudes de amistad o mensajes de personas desconocidas y evita publicar información sensible, como tu dirección, número de teléfono o detalles financieros.

Utiliza conexiones seguras: Al acceder a sitios web que requieran información personal o financiera, verifica que la conexión sea segura. Busca el icono de un candado en la barra de direcciones del navegador y asegúrate de que la URL comience con “https://” en lugar de “http://”.

Educa a ti mismo: Mantente informado sobre las últimas amenazas y prácticas de seguridad informática. Lee blogs especializados, participa en cursos de seguridad en línea y mantén una mentalidad vigilante al interactuar con la tecnología.

Habilita la autenticación de dos factores (2FA): Activa la autenticación de dos factores siempre que sea posible. Esto añade una capa adicional de seguridad al requerir un segundo método de verificación, como un código enviado a tu teléfono móvil, además de tu contraseña, para acceder a tus cuentas en línea.

Utiliza una red privada virtual (VPN): Una VPN encripta tu conexión a Internet y oculta tu dirección IP, lo que protege tus datos y aumenta tu privacidad en línea. Utiliza una VPN confiable cuando te conectes a redes Wi-Fi públicas o cuando desees mantener tu actividad en línea segura y privada.

Configura alertas de seguridad: Activa alertas de seguridad en tus cuentas bancarias, servicios en línea y tarjetas de crédito para recibir notificaciones inmediatas sobre cualquier actividad sospechosa o transacciones no autorizadas.

Desconfía de las redes Wi-Fi públicas: Evita realizar transacciones financieras o acceder a información sensible cuando estés conectado a redes Wi-Fi públicas. Estas redes pueden ser inseguras y tus datos podrían ser interceptados por terceros malintencionados.

Configura cortafuegos (firewalls) y filtros de contenido: Habilita los cortafuegos en tus dispositivos y en tu router para bloquear el tráfico no autorizado. Además, considera utilizar filtros de contenido para evitar el acceso a sitios web maliciosos o inapropiados.

Mantén una copia impresa de información importante: En caso de un ciberataque o pérdida de datos, es útil tener copias impresas de información crítica, como números de cuentas bancarias, contraseñas principales y números de contacto de emergencia. Almacena esta información en un lugar seguro y accesible.

Utiliza cifrado de datos: Utiliza herramientas de cifrado para proteger tus archivos y comunicaciones sensibles. Puedes utilizar software de cifrado de archivos o aplicaciones de mensajería cifrada para garantizar que solo las personas autorizadas puedan acceder a tus datos.

Evita hacer clic en enlaces desconocidos: No hagas clic en enlaces sospechosos o no solicitados en correos electrónicos, mensajes de texto o en redes sociales. Estos enlaces podrían dirigirte a sitios web maliciosos o descargar malware en tu dispositivo.

Configura copias de seguridad automáticas: Programa copias de seguridad automáticas de tus datos importantes en intervalos regulares. Utiliza servicios de respaldo en la nube o software de copia de seguridad confiable para asegurarte de que tus archivos estén protegidos en caso de pérdida o daño.

Actualiza tus conocimientos en seguridad: Mantente informado sobre las últimas tendencias en seguridad informática y las nuevas amenazas. Participa en cursos, talleres o conferencias relacionadas con la seguridad en línea para mantener tus conocimientos actualizados.

Recuerda que la seguridad informática es un proceso continuo. Es importante revisar y actualizar regularmente tus medidas de seguridad para adaptarte a las nuevas amenazas y tecnologías.

 

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